EL NOMBRE DE COSTA BRAVA

A principios del siglo XX en medios intelectuales catalanes había una cierta inquietud para poder bautizar la parte septentrional de la costa de Catalunya con algún nombre singular siguiendo el estilo que se había ideado en Francia con la Côte d´Azur (Costa Azul) para el área litoral cercana de Niza.

Fueron varios los intentos por parte de varios escritores de la época de acertar con un nombre que suscitara aceptación: Costa Serena, Costa del Coral, Costa de Levante, Costa Ampurdanesa, … pero ninguno lo conseguía.

El 12 de Septiembre de 1908 en el periódico de Barcelona “La Veu de Catalunya” (La Voz de Cataluña) el afamado escritor y político Ferran Agulló publicó un artículo en el que ensalzaba esta parte costera:

 
¡Oh, nuestra costa brava, sin igual en el mundo! Es brava, risueña, fantástica y dulce, trabajada por los temporales a golpe de olas como un alto relieve y bordada de besos de bonanza con una exquisitez de monja paciente para quien las horas, los días y los años no tienen valor de tiempo
 

La novedosa calificación de “brava” para la costa de Girona fue en general bastante bien recibida, pero seguramente habría corrido la misma suerte que las anteriores intentonas fallidas a no ser por un hecho acontecido unos meses más tarde.

El Centre Excursionista de Catalunya (Centro Excursionista de Cataluña), que era una entidad muy popular y valorada, programó un viaje en barco desde Barcelona hacia diversos pueblos costeros de la zona “de carácter recreativo, científico e instructivo”. En la promoción y anuncios previos para inscribir participantes lo presentaba como “Viaje a la costa brava catalana”.

La excursión duró 3 días: del 19 al 21 de Junio de 1909 visitando pueblos en los que el centenar de viajeros eran recibidos por las autoridades locales y se celebraban festejos de bienvenida. Estos acontecimientos se iban publicando periódicamente por toda Catalunya con titulares como “Por la costa brava”, “Excursión a la costa brava catalana” o “Excursión a Ampurias y costa brava catalana”.

Este viaje fue sin duda lo que impulsó definitivamente la difusión del término Costa Brava para los 215 km de litoral que transcurren desde Blanes hasta la frontera francesa.

La rápida y exitosa aceptación popular de dicho calificativo fue también debido a que el abrupto relieve, la resistente vegetación de los acantilados e incluso el carácter humano, que tan a menudo ha de enfrentarse a potentes temporales marinos, se veía fielmente reflejado en esta palabra “bravo” equivalente a valiente, fuerte, heroico.

Actualmente Costa Brava se ha convertido no sólo en un nombre definidor de la costa de Girona, sino también en una marca turística plenamente consolidada e internacionalmente reconocida y apreciada.

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